Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

Jauría

Son las ocho de la mañana en el interior de la Finca Roja de Valencia, donde existe un jardin, y una jauría de perros baja a hacer sus necesidades. Algunos dueños civilizados recogen los excrementos de sus perros, hay otros que pasan.

Son las 13.00 horas, ídem de lo mismo.

A las 18.00 horas los críos después del colegio y de haber repuesto fuerzas, bajan al jardin a disfrutar de un rato de juegos al fútbol, al escondite o simplemente a estar un rato con los amigos, mientras que algún dueño, de algún perro se pone donde están jugando los niños para molestarles y a esperar que le den algún balonazo o empujón y empezar a despotricar, que los críos rompen las plantas a balonazos o simplemente jugando. Y los perros se ve que no las pudren con sus orines. Después de haber gastado las energías, los críos suben a sus casas y sus padres les tienen que revisar sus calzados para quitar los excrementos que han pisado.

Llega las once de la noche y estás en tu casa con tu familia, con las ventanas abiertas, y otra vez el escándalo de la jauría. Y así todos los días del año; tanto decir que se está buscando patrocinadores para restaurar la finca, y limpiar la fachada, y prefieren que el jardin apeste a que los niños se diviertan.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de noviembre de 2002