Emilio Botín, presidente del Banco Santander Central Hispano (BSCH), se encontró ayer en Brasil con el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva, a quien ofreció su apoyo incondicional y felicitó por su victoria en los comicios. Botín comunicó a Lula que se siente "optimista con el futuro de Brasil" y se congratuló por su "carisma" político.
El presidente del BSCH, uno de los bancos más fuertes de Brasil, dejó claro lo que ya había dicho en otras ocasiones en público: que la entidad española "no había venido a Brasil como turista, sino para quedarse, pasase lo que pasase". Botín afirmó que espera del Gobierno de Lula "una política económica equilibrada y responsable combinada con programas de mejoras sociales". El banquero español se mostró confiado en el futuro de la economía de Brasil y calificó su sistema bancario de "moderno y con entidades eficientes y sólidas". Alguien le recordó que un analista del banco había llegado a aconsejar a los inversores tras la victoria de Lula que vendieran títulos brasileños por el riesgo de crisis. Botín cortó tajante: "Ese analista ya ha sido destituido".
El BSCH anunció que en 2003 ofrecerá 2.000 millones de dólares en créditos para las exportaciones brasileñas, cantidad netamente superior a la de este año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de noviembre de 2002