La renovación de los vinos ampurdaneses, que hasta hace pocos años no superaban la mediocridad, tuvo un impulso definitivo cuando el responsable de Castillo de Perelada se decidió finalmente por la calidad. Desde luego, argumentos los había y de peso para sacar a esta zona vitivinícola catalana del letargo. Y dos señas: una gran variedad de terruños (pizarras, cantos rodados, arcillas, calizas) y un clima, siempre benigno, con dos influencias notables, el mar y la tramontana.
No son, por tanto, tierras que soporten la uniformidad en el tratamiento enológico. Por el contrario, su verdadera riqueza se expresa en la fuerte personalidad de sus pagos. Y así lo han entendido estos creadores. El vino enseña, a la primera, su arrogancia con un impacto aromático centrado en la frutosidad de la uva merlot: confitura de bayas rojas refrescada por notas balsámicas y enriquecida con la fantasía del roble. En la boca hay un baño de sensualidades mediterráneas: carnosidad y taninos maduros y sabrosos.
Castillo Perelada Finca Malaveïna 99
Cavas Castillo de Perelada. Plaça del Carme, 1. Peralada (Girona). Teléfono: 972 53 80 11. Precio: 13 euros. Tipo: tinto crianza, 13,5%. Cepas: merlot, cabernet-sauvignon, garnacha. Consumo: largo plazo. Temperatura de servicio: 18º C. Puntuación: 8,9/10.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de noviembre de 2002