Cerca de mil personas entre amigos, compañeros y autoridades acompañaron ayer a la familía del Policía Local de Elche, José Antonio Cañete, fallecido en la madrugada del viernes en acto de servicio. El agente murió al ser golpeado por un turismo contra el que había colisionado un vehículo policial durante una persecución a cuatro sospechosos que no pararon en un control policial. El alcalde de Elche, Diego Macià, impuso a la víctima, a título póstumo, la insignia de oro de la ciudad en reconocimiento a su profesionalidad y a su trayectoria como agente de la Policía Local.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de diciembre de 2002