Batasuna reunió ayer en San Sebastián a varios miles de seguidores en la primera manifestación pública que ha sido permitida tras la suspensión de sus actividades. La Mesa Nacional se situó trás la pancarta que portaban los convocantes de una marcha que el Tribunal Superior de Justicia permitió después de desautorizar a la Consejería de Interior por prohibirla. Los manifestantes guardaron silencio y no profirieron gritos en favor de ETA.
Batasuna salió ayer de la indiferencia en el que estaba sumida tras la suspensión de sus actividades y debido a la inseguridad jurídica en que se mueven sus dirigentes. Ayer, al menos, la formación independentista demostró que conserva su capacidad de movilización y se sacó la espina que tenía clavada desde que el 14 de septiembre la Ertzaintza disolviera bruscamente otra manifestación en Bilbao.
Varios miles de seguidores -la policía local no facilitó datos- secundaron el llamamiento realizado, esta vez en San Sebastián, por una treintena de personas, entre ellos bertsolaris, escritores o deportistas afines a la izquierda abertzale, para recorrer el Paseo de la Concha hasta el Boulevard, tras el lema: Demokrazia Euskal Herriarentzat ¡Autodetereminazioa orain! (Democracia para Euskal Herria ¡Autodeterminación ya!).
El arranque registró el único momento de ardor patriótico, en el que el público apostado en las aceras no contuvo los gritos en favor de los presos, la independencia, la democracia y la autodeterminación, y los alusivos a la lucha armada: "Jo ta Ke irabazi arte" ("pega fuerte hasta la victoria") o "borroka da bide bakarra" ("la lucha es el único camino"), pero sin mencionar a ETA.
Pancartas enormes colgadas a lo largo del recorrido mantuvieron vivo el recuerdo del etarra que se quitó la vida hace una semana en Legazpia. Una gran fotografía de Ramón Gil Ostoaga antecedía a la pancarta que abría la marcha. Otra inmensa pancarta aludía al lema de la plataforma ciudadana ¡Basta Ya! y rezaba: "Renuncia al nacionalismo obligatorio. Contra el DNI español". Tras los convocantes se situaron los dirigentes de la Mesa Nacional de Batasuna, entre ellos Arnaldo Otegi, Joseba Permach y Joseba Álvarez.
Por otro lado, el obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte, hace hoy pública una carta dirigida a la comunidad cristiana de su diócesis para darle "pautas" sobre la reciente carta pastoral contra ETA aprobada por la Conferencia Episcopal Española. Este texto, que obtuvo un más que notable respaldo (63 votos a favor, ocho en contra y cinco abstenciones), ha suscitado "numerosas y variadas reacciones, inquietudes y preguntas en la comunidad cristiana de Guipúzcoa", reconoce Uriarte. El obispo precisa que la instrucción pastoral obtuvo un respaldo "notablemente" mayoritario, pero "no constituye un documento doctrinal" que haya sido ratificado por la Santa Sede, ni es en sí mismo "moralmente vinculante" para la "formación del criterio y el comportamiento de todos los creyentes".
[El miembro de ETA hospitalizado en Burdeos tras el accidente que sufrió el viernes ha sido identificado como José Manuel Cortázar Pipaón. Al parecer, se dedicaba a tareas de captación de terroristas].
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de diciembre de 2002