Pretendo denunciar la actuación de la Policía Nacional en la pasada manifestación antifascista del 24 de noviembre. Alrededor de las dos de la tarde, unas 20 personas nos metimos en la boca de metro de Puerta de Toledo con la intención de marcharnos de la manifestación, dada la elevada presencia policial en la zona.
Justo cuando llegamos al andén de la línea 5 con dirección Canillejas, el tren empezó a entrar en la estación. En ese preciso momento, se oyó que alguien gritaba que venía la policía. Todo el mundo corrió hacia la parte delantera del tren. Sin mediar palabra, los antidisturbios (unos quince) comenzaron a dar porrazos sin ni siquiera mirar dónde nos pegaban. El primer porrazo que recibí fue en la cabeza, por el cual he recibido cuatro puntos de sutura. Nos sacaron de los vagones a unos diez y nos siguieron aporreando en el andén. Luego conseguimos entrar en otro vagón que cerró las puertas. Segundos después, se volvieron a abrir, empezando los antidisturbios de nuevo a pegarnos. Finalmente, cada uno, como pudo, consiguió salir de la estación. Yo fui atendido por el Samur, que me trasladó al hospital Clínico, donde me cosieron la brecha que tenía.
La gente que sufrimos la brutal paliza queremos que esto se sepa, dados los escasísimos testigos que hubo en ese momento y la falta de información en los medios sobre las agresiones. Agresiones que se produjeron, además, sin que se registraran detenciones. La pregunta que me gustaría plantear es: ¿qué busca la policía?-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de diciembre de 2002