La inversión a corto plazo está convirtiendo a Pescanova en un clásico de las crisis alimenticias y, al igual que ya sucedió con las vacas locas, cuando su cotización se vio beneficiada por un presumible cambio en las pautas de consumo, la marea negra que sufre Galicia en estos días ha llevado a este valor al estrellato bursátil por parecidas razones, al dar por supuesto los especuladores que estas navidades el marisco congelado va a tener obligada presencia en las mesas españolas y Pescanova es la única empresa del sector que cotiza en el mercado de valores y, por tanto, la más idónea para caer en las redes de la inversión más ágil. La cotización de Pescanova ha subido el 7,35% en esta semana, aunque la rápida retirada de beneficios en las dos últimas sesiones se ha llevado por delante casi tres euros. En la jornada del miércoles el valor acumulaba una subida del 35,11% en sólo tres días, suficiente como para retirarse con las ganancias. Las acciones de Pescanova mantienen una media de contratación más bien baja, con menos de 25.000 acciones diarias para el conjunto del año, pero en esta semana la media ha llegado hasta los 415.000 títulos diarios, como si de marisco fresco de tratara.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de diciembre de 2002