Liberia anunció ayer el cierre de su frontera con Costa de Marfil, mientras que la ofensiva de las tropas gubernamentales contra los dos nuevos grupos rebeldes del oeste se aproxima a las lindes con ese país africano. Apoyado por mercenarios, el Gobierno de Abiyán proclamó ayer la reconquista de la localidad de Man, ocupada el jueves por los rebeldes. A pesar de este anuncio, se mantienen los intercambios de disparos. El sábado, paracaidistas franceses tomaron el aeródromo y evacuaron a 160 occidentales, facilitando la posterior ofensiva del Gobierno.
Con el cierre de la frontera, el régimen de Liberia trata de demostrar su neutralidad en el conflicto de Costa de Marfil y evitar el flujo de refugiados hacia su territorio, pues son decenas de miles los civiles que huyen de los combates.
Son muchas las fuentes, locales e internacionales, que confirman que entre los rebeldes luchan personas procedentes de Liberia y Sierra Leona, los dos países de África Occidental que han sufrido en los últimos años cruentas guerras civiles. El conflicto costamarfilés, que se reactivó en septiembre disfrazado de asonada militar, y que derivó pronto en un cruento y fallido golpe de Estado, se desliza hacia una guerra civil con varias facciones, entre un norte islámico y un sur cristiano y animista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de diciembre de 2002