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Moscú expulsa a dos diplomáticos suecos acusados de espionaje

Rusia anunció ayer la expulsión de dos diplomáticos suecos acusados de prácticas incompatibles con su estatus, es decir, por realizar actividades de espionaje. Es la respuesta de Moscú a la expulsión de Suecia, hace dos semanas, de dos diplomáticos rusos a los que la policía sueca acusó de realizar espionaje industrial en el gigante de las telecomunicaciones Ericsson, que también fabrica material de defensa.

"Es triste que Rusia regrese a un tipo de política pasada de moda", dijo la ministra sueca de Exteriores, Anna Lindh, quien aseguró que no existía base alguna para la acción rusa. "Cuando en Suecia declaramos una persona non grata es porque ha hecho algo que no está permitido en nuestro país". Lindh dijo entonces, cuando defendió la expulsión de los dos diplomáticos rusos, que no esperaba una reacción de represalia por parte de las autoridades rusas.

No es el único incidente de Rusia con un país nórdico de la UE; el pasado mes, Moscú protestó ante Dinamarca por consentir la celebración de un congreso de exiliados chechenos y su negativa a extraditar a uno de ellos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de diciembre de 2002