El presidente de Burundi, Pierre Buyoya, y el jefe del principal movimiento rebelde hutu, Pierre Nkurunziza, comandante de las Fuerzas para la Defensa de la Democracia, firmaron ayer un alto el fuego en la ciudad tanzana de Arusha.
Es la primera vez desde el comienzo de la guerra civil en Burundi en 1993, de origen étnico, en que el Gobierno y el principal grupo rebelde firman un alto el fuego. En la ceremonia estuvieron presentes representantes de los Gobiernos de Tanzania, Suráfrica y Uganda, países que han participado activamente en la mediación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de diciembre de 2002