No teniendo a mi disposición las señas a las que poder dirigirme, me gustaría dejar constancia, a través de ese periódico, de mi apoyo y solidaridad con los millares de paisanos que se manifestaron en Santiago de Compostela. Los pescadores gallegos, Galicia entera, no merecen padecer tantas tragedias seguidas. Esos pescadores viven de la mar, pero con su esfuerzo diario contribuyen a nuestro bienestar, gracias a ellos si saben estar siempre en su sitio. ¡Nunca mais!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de diciembre de 2002