El alcalde de Alicante, el popular Luis Díaz Alperi, admitió ayer, acosado por la oposición, el incumplimiento del convenio que en 1998 firmó con el ex consejero de Educación Francisco Camps para contruir seis centros docentes en la ciudad. El alcalde reconoció que la peculiar fórmula para financiar los centros que impuso el Consell -el Ayuntamiento pagaba y la Generalitat devolvería el dinero- no ha funcionado.
Ante la evidencia -de los seis centros comprometidos sólo se ha terminado uno-, el alcalde acabó por admitir en el pleno municipal: "Hace ya tiempo que no estoy satisfecho con el convenio". Fueron éstas las únicas palabras de reconocimiento de un fracaso que afecta ya, según la oposición, a unos 9.000 escolares de la ciudad. Antes, el gobierno local del PP se esmeró en rebuscar argumentos para contrarrestar el aluvión de críticas lanzado desde los bancos de la oposición. El edil de Educación, Pedro Romero, encontró uno, un supuesto fiasco en la ampliación de un colegio en 1993, cuando los socialistas gobernaban Alicante. Y a él se aferró para proclamar: "Señores socialistas, hablar de responsabilidades después de ésto es un despropósito".
La propuesta que los populares llevaron ayer al pleno consistía en modificar el convenio para traspasar al Consell la ejecución de tres de los centros comprometidos. La concejal del PSPV Carmen Sánchez Brufal aseguró que la propuesta carece de validez legal. "Es una declaración de malas intenciones, pues no figura fecha alguna para finalizar los centros ni dinero para construirlos", criticó. "Ustedes no traen una solución, traen una disolución del convenio", añadió la edil.
Educación ha gastado en la construcción de un instituto y en la reforma de dos colegios todo el dinero que se presupuestó para los seis centros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de diciembre de 2002