Los mercados de valores han recibido una nueva andanada vendedora como consecuencia de la recomendación de la firma estadounidense Merrill Lynch a los inversores de deshacerse de parte de sus acciones y comprar bonos. Este reajuste de cartera parecería lógico en un momento en el que los tipos de interés presionan a la baja, y sus precios, que es lo que interesa, al alza. Pero la razón no es ésa, sino la "incapacidad de los inversores" para medir el comportamiento de las empresas y sus beneficios, debido a que algunas compañías ofrecen "diferentes números" cuando informan sobre sus cuentas. Teniendo en cuenta que las compañías llevan muchos años maquillando sus cuentas y los analistas recomendando la compra de sus acciones, ha sorprendido mucho, al menos en el mercado español, que este intermediario anuncie a estas alturas algo parecido al descubrimiento de la pólvora.
El Ibex 35 cedió el 2,28%, y el índice general de la Bolsa de Madrid, el 2,03%, arrastrados por las fuertes caídas de los principales valores del mercado, Telefónica y los bancos SCH y BBVA, que bajaron más del 3% y cuya ponderación conjunta es de casi el 49% en el Ibex 35.
Todas las bolsas europeas orientaron sus índices a la baja en esta sesión, a pesar de que las expectativas sobre una rebaja de los tipos de interés en la reunión que el BCE celebra mañana continúan siendo muy altas. París cerró con un descenso del 2,32%, y Francfort perdía el 2,11% antes de concluir la sesión. Londres bajó el 1,90%, y la Bolsa de Nueva York perdía el 1,03% a media sesión.
La contratación en el Mercado Continuo descendió hasta los 1.527,95 millones de euros, con el 46% negociado por los tres valores principales y otro 20% generado mediante operaciones institucionales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de diciembre de 2002