Irak acusó ayer a los inspectores de Naciones Unidas de ser espías al servicio de Israel y de Estados Unidos en una intervención del vicepresidente del país, Taha Yasín Ramadán. Al mismo tiempo, Bagdad anunció que la declaración de armamento que va a entregar a Naciones Unidas antes de la fecha tope del próximo domingo describirá sus actividades biológicas, químicas, nucleares y de misiles, pero insistió en que en ningún caso se trata de actividades prohibidas por las resoluciones de la ONU. Su portavoz las definió como de "doble uso", civil y militar.
"Los inspectores [de la ONU] han venido para recoger informaciones precisas de cara a una futura agresión", recalcó Yasín Ramadán, quien añadió que no se trata de nada nuevo, ya que, en su opinión, los funcionarios de Naciones Unidas "desde el primer día han trabajado principalmente como espías. Su trabajo ha sido espiar para la CIA y el Mosad"
Las acusaciones fueron realizadas en una recepción a una delegación egipcia, que fue mucho más lejos de los saludos meramente protocolarios. En su discurso, el vicepresidente iraquí añadió que las inspecciones a los palacios de Sadam Husein no son más que una provocación.
Mientras tanto, e ignorando estas acusaciones, los inspectores de la ONU continuaron sus visitas a lugares sospechosos y depositaron en un lugar seguro un número indeterminado de obuses cargados con gas mostaza cuya existencia conocían desde 1998.
Sobre la declaración de armamento que Irak debe entregar, Husam Mohamed Amín, jefe de la Dirección de Control Nacional Iraquí, reveló ayer que "será una declaración gigantesca. Por supuesto, incluye nuevos elementos". "Esos nuevos elementos tienen que ver con nuevos sitios y nuevas actividades llevadas a cabo durante la ausencia de los inspectores y esas actividades son actividades de doble uso", añadió Amín, sin más precisiones. "Doble uso" se refiere a tecnología con aplicaciones civiles y militares.
"La declaración repetirá que en Irak no hay armas de destrucción masiva", subrayó una vez más el responsable. La negativa iraquí entra en contradicción directa con la tesis de EE UU que insiste en que Irak dispone de esas armas y pide que lo reconozca o amenaza con desarmarle por la fuerza."Acabamos de iniciar el proceso [de inspecciones]", manifestó ayer el presidente George W. Bush, quien se negó a pronunciarse sobre la cooperación de Bagdad, pero señaló sus dudas sobre la buena voluntad de Sadam Husein.
"Una de mis inquietudes es que en el pasado ha disparado sobre nuestros aviones", declaró Bush. "Cualquiera que dispara contra aviones estadounidenses o británicos no da la impresión de estar interesado en un desarme". Washington ha intentado presentar los incidentes ocurridos en las llamadas zonas de exclusión aérea al norte y al sur de Irak como violaciones a la última resolución del Consejo de Seguridad. Sin embargo, la mayoría de los 15 países miembros no aceptan esa postura porque esas restricciones de vuelo han sido impuestas de forma unilateral por EE UU y el Reino Unido.
Mientras, los expertos de desarme de la ONU iniciaron ayer su segunda semana de inspecciones. Un equipo de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) visitó durante cinco horas la planta de Al Tuwietha, un centro de investigación nuclear situado a 20 kilómetros al sur de Bagdad. El lugar es el mismo en el que estaba situado el reactor nuclear Osirak, bombardeado por Israel en 1981. El lugar ha albergado varios reactores de investigación y actividades tales como separación de plutonio, procesamiento de desechos nucleares o diferentes métodos de enriquecimiento de uranio. La AIEA selló allí en 1998 varias toneladas de uranio.
Pero la visita de resultados más visibles a ojos de los numerosos periodistas que siguen las inspecciones fue la que realizó el equipo de UNMOVIC al complejo militar de Muthana, a 75 kilómetros al norte de Bagdad. Allí, los inspectores colocaron en lugar seguro obuses de gas mostaza cuya existencia conocían de antemano. "En 1998, los inspectores encontraron cierta cantidad de obuses y los transportaron a este complejo. No tienen fugas y procederemos a su destrucción", anunció el jefe del grupo, Dimitri Perricos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de diciembre de 2002