Se lo dijo ayer, en la sesión de preguntas el diputado de IU, Franco González, al consejero de Educación, Carlos Mayor Oreja: "Déme usted pruebas documentales de la existencia de Papá Noel y del Ratoncito Pérez". Lo decía el parlamentario porque el consejero había afirmado días antes que "nadie ponía en duda la existencia de Papá Noel". Lo soltó para tranquilizar a una niña a la que su profesora le explicó que lo de ese personaje, "gordo y vestido de rojo" era ni más ni menos que un mito.
Bueno. Hay que pensar que él estaba con Serrat y que prefería la utopía, la belleza -"el lunar de tu cara a la pinacoteca nacional / y la revolución a las pesadillas"- a la dura realidad. Seguro que era por eso. Si no, de qué. No iba a ser porque el consejero estuviera por defender la permanencia de una mentira. Imposible. El caso es que ayer la sesión fue de saldo. Al menos en las preguntas. Muchas y tediosas. Hubo momento en que en la bancada del PP no había más de 20 diputados. Se fue el presidente Alberto Ruiz-Gallardón y se fueron todos. Quedaron tres consejeros en la más profunda desolación. Tal vez por eso, cuando al de Trabajo, Luis Peral, le tachó Teresa Nevado (PSOE), de "estupendo", humilde, replicó: "A mí, estupendo sólo me consideran mis hijas, y me temo que por muy poco tiempo".De deudor tachó el presidente regional al portavoz socialista Pedro Sabando que le pedía dinero para invertir en los hospitales madrileños. Fue el jefe del Ejecutivo y le dijo que bastante deuda le había dejado Sabando en Sanidad. Unos 12.000 millones, calculó. Y, en un navajazo bajero, le recordó que Rafael Simancas, candidato a presidir la Comunidad por el PSOE, había pedido cerrar las transferencias en 12.000 millones. "Anda que si le hacemos caso. Explíquele que es mucho más", aconsejó.
En algunas intervenciones se echó voluntad. Y hasta se dio vidilla parlamentaria. Por ejemplo, Lucas Fernández (PSOE) que, cuando preguntaba sobre la dotación de suelo público a entidades privadas para levantar hospitales en Pozuelo, advirtió al consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz: "Trabajar, trabajar, lo que se dice trabajar, usted no ha trabajado nunca". Lo que le valió la regañina del presidente de la Cámara, el popular Jesús Pedroche. Y Lucas Fernández replicó: "Si es que tengo su currículum y por eso lo digo".
Ni siquiera el socialista Antonio Chazarra logró levantar el tono en su pregunta a la consejera de las Artes Alicia Moreno. Pero, al menos, citó un poema de Kavafis, Las ventanas: "¿Cuándo se abrirá una de ellas y qué ha de traerme?". Buena pregunta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de diciembre de 2002