La tensión entre el Gobierno y el primer partido de la oposición ha llegado a tal nivel que el esperado encuentro hoy en el Congreso de los Diputados entre José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero es "muy improbable" que se celebre, según explicaron ayer los colaboradores del presidente del Gobierno. El encuentro iba a poner fin a la incomunicación de muchos meses entre Aznar y el líder de la oposición y fue sugerido el miércoles por el presidente en una carta de respuesta a la misiva sobre el Prestige que le remitió el líder socialista.
El motivo aparente de la casi segura cancelación del encuentro fue una disputa en la que el PP acusó al portavoz parlamentario socialista, Jesús Caldera, de "histrión". Ocurrió ayer por la mañana en una improvisada Junta de Portavoces para discutir el formato de la celebración, hoy en el Congreso, del aniversario de la Constitución. El PSOE, junto con IU, reclamaron que la celebración de la Constitución no estuviera acompañada del habitual cóctel por "solidaridad con Galicia". Según fuentes populares, Caldera dijo que debía mantenerse el encuentro "pero sin gambitas ni angulas". La presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, no puso objeción y el PP asumió ese "ayuno de solidaridad con Galicia" aunque lo tildó de "infantil".
El problema es que la supresión del cóctel impide, según La Moncloa, el acercamiento entre Aznar y Zapatero que hubiera propiciado el encuentro. Aznar, en la carta con la que respondió a Zapatero el miércoles, señalaba: "Como entiendo que estarás por fin presente el día 6 en el Congreso, tendremos la oportunidad, ante novedades de relieve, de intercambiar opiniones sobre este problema que exige de todos mucha responsabilidad y mucho esfuerzo real y concreto".
Los socialistas, sin embargo, no ven que la supresión del cóctel impida encuentro alguno. "Podemos charlar como todos los años pero sin copa", aseguró la diputada socialista María Teresa Fernández de la Vega.
Mal ambiente
El mal ambiente entre PP y PSOE también presidió ayer la ordenación del debate en la Comisión Mixta para la UE en la que iba a comparecer Mariano Rajoy. Desde la noche del miércoles, los socialistas acusaron a los populares de intentar cambiar el orden del día para que la intervención de Zapatero se produjese al final. Pero la iniciativa no era del PP, sino de IU y del BNG, que pretendían que se tuviera en cuenta que ambos tenían pedida la comparecencia del vicepresidente. De haberse tenido en cuenta esta reclamación, el BNG e IU podrían haber intervenido antes que el PSOE.
Tal cuestión procedimental se discutió al comenzar la comisión, antes de la intervención de Rajoy. Curiosamente, fueron bastantes los diputados socialistas que se confundieron y votaron con IU y el BNG en lugar de hacerlo con su grupo. Pero al final no cambió nada y Zapatero intervino antes que los dirigentes de IU y BNG.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de diciembre de 2002