Ray L. Wallace, que creó la leyenda de un hombre de apariencia prehistórica que vivía en el interior de un bosque y que bautizó con el nombre de Bigfoot, o sea, pie grande, falleció en la ciudad de Seattle, en el Estado de Washington, a los 84 años de edad, según anunció ayer su familia. Ray Wallace, quien falsificó las huellas de uno pies enormes para hacer creer a la gente de la zona de la existencia de esa figura mítica, falleció debido a problemas cardiacos, señaló su hijo Michael.
La leyenda de Bigfoot, que se extendió por todo el país, comenzó en agosto de 1958, cuando el operador de una motoniveladora descubrió las huellas de las pisadas que Wallace había impreso sobre el suelo.
El descubrimiento fue dado a conocer en primera página por el diario Humboldt Times, de Eureka (California), desatándose la creencia de que el país contaba con su propia versión del Yeti, conocido también como el Abominable Hombre de las Nieves, del Himalaya. "El hecho es que nunca hubo un Bigfoot en la conciencia del país hasta 1958. Con él, Estados Unidos consiguió su propio Abominable Hombre de las Nieves. Eso fue gracias a Ray Wallace", manifestó Mark Chorvinsky, en un artículo publicado por el diario The Seattle Times.
Según Chorvinsky, a Wallace no le bastó con crear la leyenda, sino que también la alimentó con presuntos sonidos emitidos por el hombre, así como fotografías en que se ve a Bigfoot comiendo huevos crudos y frutas.
Sin embargo, pese a que desde hace tiempo se sabía que Bigfoot no era más que una invención, todavía hay algunos que creen que es una realidad. Jeff Meldrum, profesor auxiliar de anatomía y antropología de la Universidad estatal de Idaho, señala que tiene moldes de pisadas hechas por primates hasta ahora desconocidos.
"Sugerir que esas huellas han sido hechas con moldes falsos no se puede creer", señaló refiriéndose a relatos sobre la presunta existencia de un Bigfoot que habría vivido hace más de un siglo.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de diciembre de 2002