Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
LA SITUACIÓN DE LA DANZA CONTEMPORÁNEA

Paco Nevado marca los primeros pasos de Córdoba

"En el reino de los ciegos, el tuerto es el rey". El refrán, aplicado a la danza contemporánea ha colocado a Sevilla como la meca durante una larga década, de forma que los que querían hacer algo en Andalucía tenían que desplazarse a la capital. Coreográfos y bailirines se atreven ahora a crear desde otras provincias andaluzas. Tras trabajar en Sevilla, Barcelona y Oporto, Paco Nevado (Córdoba, 1972) ha vuelto a su ciudad, donde estudia escenografía.

"Ahora no estoy montando nada", dice sencillamente. "Lo último fue una pieza corta con dos bailarines, para el programa Universidanza; se llama Brazos y cabezas y habla de un mundo poético donde las cabezas se convierten en ejes de movimiento. La realidad material se transfigura en un mundo de ideas. Tiene un matiz infantil que aumenta el peso de la obra. Está hecha por personas que parecen niños, a los que les salen globos de colores del pelo".

¿Es difícil hacer danza contemporánea en Córdoba? "Más aún que en Sevilla. No hay espacios, nunca se ha pensado en eso. Cuando vas a un centro cívico a pedir una sala, la que hay para usos múltiples es una especie de habitación grande con suelo de terrazo. Entre esos usos múltiples, desde luego, no se ha previsto la danza". Hasta ahora, cuenta, va trabajando en el Conservatorio, pero no es fácil, porque el mismo edificio es, por las mañanas, Escuela de Arte Dramático, y por las tardes, Conservatorio de Danza. "Busco huecos y aprovecho horas intermedias".

Esperando la lotería

"Propusimos a la alcaldía que se crease una especie de sala alternativa, con las condiciones técnicas precisas, pero eso cuesta dinero. Si me tocan los millones en Navidad lo hago yo, pero entre tanto...". Para Nevado, hay que estudiar la situación socioeconómica de la ciudad y dar soluciones. "Aquí no hay movimiento profesional, así que se debería dar apoyo al principio".

En cuanto al mercado para la distrubución de los espectáculos, el panorama tampoco parece alentador. "Aún no me he puesto a vender nada; lo único que he hecho es mandar un dossier al Gran Teatro para un espectáculo de danza contemporánea, dentro del programa Bulebar. Hasta ahora no he tenido respuesta. Y ahora estamos pensando ofrecer por aquí un espectáculo formado por dos piezas (una de Laura Lizcano y Paco Lamato y otra mía) y estamos buscando sitio. El hecho es que tienes que montar espectáculos muy versátiles que puedas hacer en la calle en un pub o en un bar", concluye el coreógrafo y bailarín.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de diciembre de 2002