El Ministerio de Defensa ha iniciado con el sanatorio de Los Molinos y la Policlínica Naval su política de venta de edificios militares en la región. En abril de 2001, el ministerio anunció que iba a concentrar la atención médica del Ejército en Madrid, hasta entonces llevada a cabo en cinco hospitales, en un solo centro y vender los otros cuatro.
Defensa quería vender tres de estos hospitales en 2002: los dos ahora a subasta y el Generalísimo, en Moncloa. El cuarto hospital a la venta sería el Gómez Ulla, en Carabanchel, pero su subasta se retrasará tres o cuatro años, hasta que terminen las obras de remodelación del hospital del Aire, futuro hospital central de la Defensa en la región.
Defensa ofreció en primer lugar a la Comunidad la posibilidad de comprar sus hospitales, pero la Consejería de Sanidad sólo demostró interés por el Generalísimo. Defensa y la Comunidad llevan un año negociando la venta de este centro sanitario, que pasaría a integrarse en la red pública de hospitales como centro para pacientes de media y larga estancia.
El consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, y Defensa no han querido hasta el momento revelar ningún detalle sobre las negociaciones. Echániz sí declaró hace un año que su departamento había ofrecido a Defensa "el valor catastral" del Generalísimo, oferta que ha sido rechazada por el ministerio, que aspiraba a obtener más del doble por el inmueble.
La política de ventas de Defensa ha sido criticada reiteradamente por los trabajadores de los hospitales, sindicatos, asociaciones de vecinos y PSOE e IU. El argumento utilizado por todos ellos es el siguiente: los hospitales militares, propiedad del Estado, deben ser transferidos a la sanidad pública y no ser vendidos a precio de mercado como si de bienes de una empresa privada se tratase.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de diciembre de 2002