Desastre, desolación, catástrofe en Galicia. Los ánimos del pueblo costero están tomando visos de levantamiento popular contra el caciquismo que sigue reinando en nuestra tierra. Los ánimos de los pueblos y ciudades del interior de Galicia y de todo el resto de España son de solidaridad con los que sufren y de indignación contra la ineptitud, el abandono y la desasistencia del Gobierno central y de la Xunta. Los mariscadores y marineros no quieren limosnas, sino que se les garantice su medio de vida, que no es otro que el mar y el litoral que tanto trabajo les cuesta mantener en condiciones adecuadas para que produzca el pescado y marisco que tanto gusta en todo el mundo.
La manipulación de la información oficial y de la ofrecida por los medios afines al poder es casi tan escandalosa como el desastre ecológico y humano provocado por el fuel. Espero que este sufrido pueblo, que en su momento se convertirá en votante, sepa pedir cuentas en su día y la rabia que hoy demuestra tenga su conveniente reflejo en las urnas.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de diciembre de 2002