El obispo de Córdoba, Javier Martínez, lanzó ayer un órdago para resolver la crisis que atenaza a Cajasur, la caja presidida por el cura Miguel Castillejo. Tras dos actos de desobediencia de Castillejo, el obispo denunció ayer "la intoxicación" que practican el presidente de la caja y el PP, a los que acusó de haber llegado a "pactos" para evitar la tutela de la Junta de Andalucía sobre la entidad. En un duro comunicado, Martínez tilda de "escandalosa" la póliza que la entidad ha sucrito a favor de Castillejo y censura sus comportamientos "moralmente reprobables".
Martínez remitió ayer su tercer comunicado sobre la doble crisis que atraviesa Cajasur. La primera, por la decisión de la caja de suscribir una póliza de 2,9 millones de euros a favor de Castillejo, lo que permitirá a éste percibir una renta vitalicia cuando abandone la caja, fundada por la Iglesia católica.
La segunda crisis se refiere a la decisión de Castillejo de acogerse a la Ley Financiera auspiciada por el Gobierno del PP, lo que permitirá a Cajasur escapar de la tutela de la Junta de Andalucía y situarse bajo el paraguas del Ministerio de Economía.
Si en las dos anteriores notas el obispo dejaba entrever su malestar con Castillejo, ayer lo expresó claramente, hasta el punto de que el cisma en la Iglesia cordobesa es ya un hecho que hace imposible la convivencia de ambos en sus actuales cargos y en la que sólo uno de los dos puede resultar vencedor.
En la nota, Martínez denuncia que Castillejo y los otros cinco canónigos que están en el Consejo de Administración de Cajasur han "desobedecido" su orden de que la caja no se acoja a la Ley Financiera y que se abra un diálogo institucional sobre el futuro de la entidad.
El obispo censura que Castillejo se haya echado en los brazos del PP y que haya abierto una crisis en las relaciones de la caja con la Junta de Andalucía y la Diputación de Córdoba. "No pueden unos sacerdotes vincular una institución como Cajasur, que es ciertamente civil, pero que inevitablemente implica a la Iglesia en sus decisiones públicas (...) con un determinado partido político", afirma Martínez.
"Intoxicación" del PP
Martínez hace varias referencias, sin mencionarlo, al PP, en concreto a distintas afirmaciones de su secretario regional, Antonio Sanz, que se ha distinguido por su defensa a ultranza de Castillejo, en contra de la opinión de la mayoría de los dirigentes populares de Córdoba. Así, el obispo asegura que es una "intoxicación" del PP asegurar que si no se hubiesen aprobado los nuevos estatutos, la caja estaría ya en manos del PSOE. Además, afirma que estos estatutos son fruto de un pacto de Castillejo "con un partido político para soslayar un ámbito competencial considerado hostil", es decir, la Junta. También dice que la prisa para aprobar los nuevos estatutos "sólo obedece a los intereses de un partido político y del canónigo penitenciario presidente de la caja, utilizando ambos a la Iglesia".
Acerca de la póliza, Martínez afirma que es "escandalosa al margen del problema de su legalidad". Y añade que "hay en muchos fieles cristianos de Córdoba, desde un sentido sano de la fe, una conciencia permanente de escándalo por el hecho de que unos sacerdotes sean ejecutivos de una empresa financiera".
El obispo asegura que son "moralmente reprobables" los comportamientos de Castillejo, a quien acusa de hacer un "abuso" y una utilización alternativa del derecho que "excitan y justifican el odio a la Iglesia". Martínez concluye su nota insistiendo en la necesidad de abrir una vía de diálogo para aclarar el futuro de la caja, en la que el obispo no quiere que haya sacerdotes en representación de la Iglesia en tareas ejecutivas, lo que supondría la salida inmediata de Castillejo de la entidad cordobesa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de diciembre de 2002