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Pérez Siquier fotografía la fugacidad del tiempo en la línea de ferrocarril entre Almería y Sevilla

El artista participa en una colectiva junto a Atín Aya, Andrada, Barragán y Del Amo

Carlos Pérez Siquier, el almeriense que revolucionó la fotografía a finales de los años cincuenta desde el grupo AFAL, continúa renovándose. El fotógrafo, de 72 años, sorprendió ayer en Sevilla con su publicación Almería-Granada-Sevilla. Un viaje fotográfico de Carlos Pérez Siquier. El libro, editado por la Consejería de Obras Públicas y Transportes, retrata "la fugacidad del tiempo" a través de fotografías deliberadamente movidas durante el trayecto en ferrocarril entre Almería y Sevilla. El artista inauguró también, en el antiguo convento de Nuestra Señora de los Reyes, la exposición 2003 junto a los fotógrafos Atín Aya, Javier Andrada, José Barragán y Vicente del Amo.

"Mis fotografías son como una ventana a través de la cual se ven los paisajes mentales de un viajero. Yo tenía que hacer el trayecto Almería-Granada o Sevilla muchas veces y me entretenía mirando el paisaje y leyendo poesía. El principio de este proyecto fue un verso de Quevedo: '... y solamente lo fugitivo permanece y dura'", comentó ayer en Sevilla Carlos Pérez Siquier.

Sus trabajos, especialmente las instantáneas neorrealistas del barrio almeriense de La Chanca (1957-1972) y la estética pop que desarrolló con sus fotografías fragmentadas de bañistas en las décadas de los setenta y los ochenta, son completamente diferentes a las imágenes que ha reunido en el libro que presentó ayer en Sevilla. "Me di cuenta de que en la memoria, después de un viaje, lo que queda son una serie de visiones fugaces, colores y fulgores que te sumen en la melancolía. Por eso casi todas mis fotografías son de los reflejos en los ventanales del tren, donde se confunden realidad y ficción", explicó ayer el artista que el año pasado reeditó sus fotografías de La Chanca en una edición que realizó la Junta de Andalucía junto al texto del mismo título de Juan Goytisolo. El fotógrafo ha viajado en tren más de una veintena de veces, durante 2001 y 2002 para realizar las 70 instantáneas en color que reúne el libro. La publicación cuenta con los textos del escritor Julio Llamazares, el director del Centro de Arte Reina Sofía de Madrid Juan Manuel Bonet y del ingeniero de Caminos Damián Álvarez.

"Ha sido un trabajo difícil porque tenía que coordinar la velocidad del tren con la velocidad de obturación de la cámara, de forma que el movimiento fuera lo suficientemente sutil como para no destruir la imagen", explica Pérez Siquier a quien la Real Sociedad Fotográfica (Madrid) le dedicó una antológica el pasado mes de mayo.

Para congelar "la fugacidad del tiempo", Pérez Siquier ha recurrido a una vieja cámara, una Olympus A2 con más de 30 años que tenía arrumbada. "Mi lenguaje, como siempre, no tiene trampa, ni cartón. Nunca retoco las fotografías". En el convento de Nuestra Señora de los Reyes, donde se presentó el libro, se inauguró también una exposición con trabajos de cinco fotógrafos a los que Obras Públicas les ha encargado realizar un calendario para 2003.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de diciembre de 2002