La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha rebajado de delito a falta, la imprudencia de dos policías que custodiaban al miembro de ETA Xabier Galparsoro, que en estado de ligera embriaguez, se tiró por la ventana de la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de Bilbao.
La Audiencia Provincial de Vizcaya, el 9 de mayo de 2000, condenó a los dos agentes a seis meses de prisión cada uno y la suspensión para las funciones propias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por entender que habían incurrido en un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte en la persona del terrorista.
Al mismo tiempo condenaban a los agentes, y de forma subsidiaria al Estado, a indemnizar con 6.250.000 pesetas (37.563 euros) a la madre de Galparsoro.
El Supremo mantiene la indemnización para la madre del etarra, pero considera que los hechos no fueron constitutivos de delito, sino una falta de imprudencia simple, por lo que condena a los dos policías a una multa de 100.000 pesetas (601 euros) y al pago de las costas de un juicio de faltas.
Galparsoro fue detenido el 23 de septiembre de 1993 en Durango (Vizcaya) por efectivos de la Policía Municipal, con "ligeros síntomas de embriaguez, aunque su capacidad para comprender y razonar era correcta", según apreció una doctora en las dependencias municipales.
Trasladado a la Jefatura Superior de Policía, dos agentes realizaron las diligencias correspondientes y sobre las 2.30 horas del día 24, se dispuso que Galparsoro fuera trasladado desde los calabozos a una sala de archivo, en el segundo piso, donde quedó custodiado, a la espera de ser trasladado a Vitoria para continuar las investigaciones.
Galparsoro solicitó una cerveza y uno de los policías consultó la posibilidad de proporcionársela. El jefe de la Brigada accedió a la petición e incluso él mismo llevó la cerveza. Poco después, el etarra que estaba sin esposar, custodiado únicamente por un policía, dio un empujón al agente y se encaramó a la ventana, cayendo a la calle desde el segundo piso, a una altura de casi 8 metros. Galparsoro falleció como consecuencia de las heridas tres días después. Los análisis practicados en urgencias del Hospital de Basurto dieron un índice de alcoholemia de 1,7 gramos por litro de sangre.
La consideración de falta de imprudencia simple en lugar de temeraria, tiene que ver con la conducta del etarra que fue causa principal y determinante del resultado, aunque no por ello deja sin efecto la omisión de los agentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de diciembre de 2002