Al adentrarse en el coqueto local bilbaíno de la Compañía del Ron, el visitante puede tener la extraña sensación de haberse trasladado al Caribe unos siglos atrás, por su decoración bucanera, por las más de mil botellas de rones distintos que adornan el local y la posibilidad que ofrece al cliente de poder degustar más de 120 referencias le hacen único en toda España.
Pero al hablar con su responsable, Josu Gorbea, vemos que la Compañía del Ron es algo más que un local de buenas copas; es una obsesión por crear cultura y transmitirla a través de este destilado de la caña de azúcar y, si cabe, crear escuela.
No hay más que asomarse a su página web para ver el trabajo que desarrollan en torno al mundo del ron. El visitante puede comprar rones de todo el mundo y los amantes del coleccionismo tienen también su apartado, en el que el intercambio de información con coleccionistas de todo el mundo y los chats son habituales. Se trata de una página viva y dinámica donde tienen cabida recetas con sabor a ron, coctelería y un gran surtido de puros.
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La calidad de la página web, creada por el propio Gorbea, nos habla de un hombre polifacético que un día tomó la decisión de abandonar su profesión de maestro para dedicarse a un trabajo muy exigente, pero que le hace sentirse a gusto consigo mismo.
La Compañía del Ron es, en suma, un local que satisface a los clientes y en el que su responsable encuentra proyección para futuros proyectos. Pero sin abandonar la nave.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de diciembre de 2002