Me dirijo a ustedes, y en especial a la señora Cristina Cruz, que escribió la carta del 8-12-2002 con título Vida familiar, para responderla. Tengo 21 años y comprendo que la gente que no trabaje los fines de semana o sólo los sábados, les siente mal trabajar dos domingos al mes y todos los de agosto y diciembre, según expresaba en la carta. Pero de ahí a que diga que contraten a otra gente para hacer el trabajo que ella no quiere hacer para que pueda tener, textualmente, "una vida mínimamente normal" hay un paso, porque entonces, los que vayan a trabajar por ella, ¿no tendrían una vida normal?
En este mundo existen muchos trabajos; yo, por ejemplo, trabajo en un hotel. Trabajamos seis días seguidos con turno de mañana (de 7.00 a 15.00), de tarde (de 15.00 a 23.00) y de noche (de 23.00 a 7.00), libramos un fin de semana al mes, si tenemos suerte, y trabaja
mos todos los festivos, incluido Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo... y no se nos pagan estos días ni se nos da otro de compensación.
Entonces todos los hoteleros, hosteleros, médicos, transportistas, ¿no quieren una vida "normal"? ¿Es que trabajan los fines de semana por gusto?
A lo mejor deberíamos decir a Sanidad que cerrara los hospitales y las urgencias los fines de semana para que los pobres médicos, enfermeras, celadores... libraran el fin de semana, y a los conductores de autobuses, metro, cercanías, aviones..., lo mismo, ¡para que todos tengamos una vida normal! Como ella lo llama.
Eso, de momento es imposible en este mundo; quién sabe en un futuro... Pero mientras esperamos, esto es como las lentejas, si quieres las comes y si no... trabajadoras con vida anormal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de diciembre de 2002