Donde antes se vendían camisas, guantes y bastones ahora cuelgan camisetas del Barça, gorras y una amplia gama de muñecos de la familia Simpson. Se trata de uno de los últimos establecimientos con solera de La Rambla, Bonet Hermanos, que abrió sus puertas hace más de un siglo. Ha cambiado de arrendatarios y ahora se ha sumado a la estética que impera en el paseo más internacional de Barcelona, la de las tiendas de recuerdos, las franquicias de restaurantes supuestamente vascos y los locales de cambio de moneda. La antigua camisería mantiene la fachada, pero en su interior se ha impuesto la luz del fluorescente -ya no cuelga una espléndida lámpara-, las vitrinas de aluminio y el esmalte blanco en los anaqueles de madera vieja. Mientras se producen esas transformaciones en La Rambla, el distrito de Ciutat Vella ha editado una guía que recoge unos 900 establecimientos de los barrios del Raval, el Gòtic, Casc Antic y Barceloneta. Se trata de un compendio de todo tipo de locales, los más antiguos pero también los más vanguardistas, de moda, restauración y alimentación. Es la mejor cara de los locales del distrito, en la que no hay cabida para los recuerdos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de diciembre de 2002