Sin un ápice de sensibilidad por las capas más desfavorecidas de la sociedad, su retorcida censura por la libertad de expresión, la falta de decisión y criterio en política medioambiental y el apoyo sistemático a potencias en guerra de dudosa intencionalidad, el Gobierno del PP ha dejado entrever su lado más oscuro, resguardado y maquillado en ocasiones, a la espera de que el tiempo y la desinformación cumplan su cometido.
Es insostenible esta situación. Las personas hemos desarrollado la capacidad de absorber lo que nos depara el futuro, pero para ello hemos de ser consecuentes a la hora de generarlo, ya que, a corto plazo, se nos van a pedir responsabilidades.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de diciembre de 2002