Urge incorporar tanto al titular en estos días que dudarlo es imposible. El 15 de diciembre llegará el titular que desde principios de curso no ha estado. Cosa lógica, es la semana de evaluar, además de conceptos, procedimientos y actitudes; de valorar ese 4 que costó sudor y lágrimas o ese 7 que pudo ser un 9. Implicarse en una tutoría de un curso complejo que mezcla niveles educativos diferentes y tantas cosas más. ¿Quién mejor para hacerlo que alguien que no conoce a los alumnos? Pero ahorrarse unos días de sueldo de un interino siempre está bien.
No hubo prisa en tener durante más de un mes a los alumnos de este centro sin profesor de otra asignatura, pero claro, eso también es ahorro.
Si nuestra calidad de enseñar se basa en ese ahorro, lo estamos haciendo muy bien. Quizá el tiempo haga ver a la delegación de Educación, que actúa a instancias de la consejería, que jugar con la educación trae malas, muy malas consecuencias. Ahora Pablo se va, alguien vendrá a recoger su cosecha en un tiempo en el que, tal vez, seguro, dejará en el árbol fruta madura y arrancará alguna demasiado temprana.
Suerte donde vayas y enhorabuena al instituto que te reciba. Un amigo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de diciembre de 2002