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Alberto Fernández paga por el disgusto de Pujol

El disgusto de los convergentes y del presidente Jordi Pujol por los platos rotos de Artur Mas en el debate de la mañana los pagó Alberto Fernández Díaz por la tarde, en la sesión de preguntas al presidente. Al diputado del PP no se le ocurrió otra cosa que reclamar de Pujol el reconocimiento de que el Gobierno de CiU conseguirá esta semana la aprobación definitiva de los Presupuestos de la Generalitat para 2003 gracias a los diputados del PP. "Y será ya el séptimo año consecutivo" que funciona el acuerdo CiU-PP, recordó Fernández.

Pero Pujol no estaba ayer en la mejor disposición para lucir sus pactos con el PP. Sacó una mezcla de mal genio y sarcasmo. "Supongo que si los votan será porque les conviene", argumentó. Y después, lejos de agradecer el apoyo del PP, preguntó: "¿O es que ustedes son como las hermanitas de la Caridad, que lo hacen por amor de Dios?". Si no lo son, continuó, será que votan los presupuestos porque les interesa, "y por tanto no tenemos que darles las gracias".

Por si no quedaba suficientemente claro, Pujol recriminó a Fernández que es ya "demasiado mayor" para "necesitar una abuela que le diga siempre 'qué buen chico eres y qué bien lo haces".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de diciembre de 2002