La comunidad escolar del colegio público Larrañazubi de Getxo convertirá hoy la tradicional llegada del Olentzero al centro en un acto de protesta. La asociación de padres de alumnos, el consejo escolar y el claustro de profesores se han unido para rebelarse contra la decisión del Departamento de Educación de fusionar su centro con otro centro público de la localidad, el San Ignacio, a partir del curso próximo, porque a su juicio pondría en riesgo su innovador proyecto educativo.
La fusión está motivada por la falta de espacio que padece la ikastola pública Gobela, también en Getxo, según explicó ayer un portavoz de Larrañazubi. La intención de Educación es que el alumnado de la ikastola se traslade al edificio que ahora alberga a los estudiantes de San Ignacio y que éste se fusione con Larrañazubi. Y que el alumnado del centro resultante se reparta entre la sede de Larrañazubi y la que Gobela dejará libre.
"Para arreglar un centro se cargan dos", según el portavoz de Larrañazubi. Éste precisó que los dos centros perjudicados enseñan en castellano y el beneficiado, en euskera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de diciembre de 2002