La creación de Abertis refuerza el frente mediterráneo de las autopistas, que mira al norte de Europa para extender su negocio, frente a una ralentización de la expansión en América Latina.
La sociedad resultante de la fusión controlará en España una red de 1.543 kilómetros, pero su negocio tiene un pie bien anclado en Portugal e Italia. Acesa controlará entre un 7% y un 9% de la italiana Autostrade cuando se materialice la OPA que el núcleo duro de Autostrade, la sociedad Schemaventotto, anunció el pasado noviembre para controlar el 100% del gigante italiano. Autostrade, a su vez, es el cuarto accionista de Abertis, con un 5%. Además, Acesa tiene un 10% de la lusa Brisa, que controlará un 4% de la nueva sociedad fusionada.
El músculo ganado tras la absorción de Áurea permitirá al nuevo grupo encarar más proyectos para crecer. No sólo en España, donde la SEPI ha puesto en marcha la privatización de Empresa Nacional de Autopistas (valorada en 1.200 millones) y en la que Abertis irá de la mano de Brisa, sino también el segundo tramo de la privatización de ASF, que controla un tercio de la red francesa de vías de peaje.
La posible extensión de la fórmula del peaje en las autopistas alemanas, una de las más cargadas de tráfico en Europa, abren perspectivas de interés. Sin olvidar el campo que se abre en Europa del Este con muchas infraestructuras por construir y Estados escasos de recursos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de diciembre de 2002