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La disputa política | CATÁSTROFE ECOLÓGICA

Zapatero elude hablar de Caldera "para no hacer el juego al PP"

Arenas acusa al líder socialista de "instigar la burda manipulación"

Los requerimientos del Gobierno y del PP al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, para que se pronuncie sobre la actuación de su portavoz, Jesús Caldera, han chocado con un muro. Zapatero se negó a responder a ninguna pregunta sobre este asunto "para no hacer el juego al PP". El PP, a través de Javier Arenas, concluyó que Zapatero es el "instigador de la manipulación". "Se acabó el doble juego de presentarse como el político constructivo, mientras Caldera hace el trabajo sucio", le advirtió.

Rodríguez Zapatero compareció ante la prensa ayer en el Congreso, pues el miércoles, cuando se produjo el plante de la bancada popular y las peticiones, a gritos, al portavoz socialista, Jesús Caldera, para que dimitiera, le pilló reunido con el secretario de la Conferencia Episcopal.

El vicepresidente Mariano Rajoy, secundado por todos los portavoces del PP, exigió "explicaciones" a Zapatero por la "burda manipulación que hizo Caldera de un documento oficial con el objetivo de hundir al Gobierno". Pero Zapatero eludió pronunciarse sobre el reparto de un documento con datos parciales sobre el cambio de rumbo del buque. Nada. La preocupación, aseguró, "es Galicia y nada más". Eso sí, Zapatero consideró "insólito" que el Gobierno y el PP pidan dimisiones de la oposición.

"¿Va a pedir el Gobierno también la dimisión de los presidentes de las cofradías que están en huelga?", preguntó Zapatero. "Pido al Gobierno que dedique las energías que emplea en atacar al PSOE en poner soluciones a la grave situación en Galicia: sigue habiendo descoordinación y falta de medios. Mientras miles de gallegos piden la dimisión de miembros del Gobierno y de la Xunta, ellos piden que dimita la oposición. ¿Pero qué es esto?".

Horas antes, el líder del PSOE tuvo una reunión con personas de su confianza para analizar este hecho concreto. No duró mucho, pues decidió que de ninguna manera iba a dar satisfacción al Gobierno y al PP. Pero ambos se lo reclamarán a diario. El secretario general del PP, Javier Arenas, advirtió, a través de la prensa, al líder socialista de que "cada día" le preguntará "si conocía la manipulación de Caldera, si la autorizó y qué opina sobre cómo afecta esa forma de actuar al buen crédito de la democracia". También le reclamará que explique si esa comisión de investigación que exige el PSOE sobre el Prestige "quieren montarla con datos falsos".

Arenas avisó al PSOE de que "se ha terminado el doble juego y el doble lenguaje". Ese doble juego, según el PP y el Gobierno, se produjo el mismo martes. "A la misma hora a la que Caldera manipulaba un documento oficial", Zapatero ofrecía "toda su colaboración" al Gobierno. "Lo del bueno y el malo ya no se lo cree nadie, y si Zapatero no reprueba la manipulación de Caldera es que ha sido él quien la ha ordenado", concluyó Arenas.

Prietas las filas

Pese a que cundió cierto desánimo en las filas del PSOE cuando el martes supieron que el vicepresidente Rajoy acusaba a Caldera de manipular datos, la "virulenta" reacción que vieron en el PP el miércoles les hizo cerrar filas. El martes, al conocer los hechos, los socialistas convinieron en que Caldera había cometido "una ingenua torpeza". Hubo pesadumbre y comentarios respecto a que su portavoz debía actuar con mucho más cuidado. Pero el miércoles, cuando el PP, según un veterano socialista, trató de "linchar" a su portavoz, el ánimo cambió por la "desmesura del ataque" y los socialistas apretaron filas.

La "manipulación de Caldera" también ha aglutinado voluntades en el PP. Hay un enemigo común: un socialista al que "se ha pillado cometiendo un delito de falsificación", según la dirección del PP. Aunque el plante tuvo un puñado de detractores, "los ánimos de los populares", según este análisis, "están incomparablemente mejor que hace un mes".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de diciembre de 2002