Tarde de despedidas. Se van sus señorías de vacaciones. Largas. Y se les notaba exhaustos tras dos días de debate. Así que Franco González, que lo mismo habló de educación que de economía, se dedicó a despedirse como si le fuera el escaño en ello. Que le iba. Y, dado el clima de armonía y que PSOE y PP parecían haber pactado la Agencia de Calidad de Universidades, bromeó con el Gobierno: "Si se trata de repartir, mi jefe y yo estamos disponibles en unos días", en referencia a que no repetirán en las próximas elecciones. Sinceridad.
Tuvo también un buen momento el socialista Adolfo Piñedo, que, al hablar de la Ley de Cajas, dijo: "Ustedes pueden decir que no tratan de blindarse en la dirección de la Caja, pero esto es como cuando Napoleón encontró a Josefina en la cama con un sargento de coraceros y dijo: 'Esto no es lo que parece'. A lo mejor el coracero estaba arreglando el colchón y se había quitado la ropa. Pero ¿verdad que parecía otra cosa?".
Y ¿qué más? Pues eso, lo que escribió Manuel Machado: "Lo demás... nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe... / Calaveradas, amoríos... nada grave". El Tío Pela lo dijo con menos palabras: "La vida y tal, hijo, la vida y tal".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de diciembre de 2002