La Diputación de Guipúzcoa aprobó el pasado martes con carácter definitivo el Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos 2002-2006, que contempla la construcción de entre una y tres incineradoras, cuya ubicación está aún por decidir. Una vez dado el visto bueno al plan, la institución foral y las ocho mancomunidades guipuzcoanas crearán ahora un ente público de gestión, que se encargará precisamente de concretar cuántas plantas incineradoras se construyen y dónde se ubican.
A la espera de una decisión definitiva, es más que probable que la comarca de Donostialdea albergue una incineradora antes de 2006, pues ese año quedará fuera de servicio el vertedero de San Marcos, donde se depositan la mitad de los residuos sólidos urbanos de Guipúzcoa. La mancomunidad del Bidasoa, por su parte, no descarta construir en esta comarca una planta incineradora, que daría también servicio a Hendaia.
La aprobación definitiva del Plan de Residuos se produce tras aceptar algunas "sugerencias" planteadas en las ocho alegaciones presentadas, como la puesta en marcha de una campaña para promover la reducción de residuos, según explicó ayer el diputado de Agricultura y Medio Ambiente, Jon Mikel Murua.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de diciembre de 2002