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Sigue el culebrón de Gloria Trevi

SÃO PAULO / RÍO DE JANEIRO

El culebrón en que se ha convertido la permanencia de la cantante mexicana Gloria Trevi en las cárceles de Brasil, detenida desde hace casi tres años y acusada por México, que pide su extradición, de corrupción de menores, siguió ayer cuando, ya en el aeropuerto de São Paulo, los cuatro policías mexicanos que la esperaban para trasladarla a su país se negaron a hacerlo en un vuelo comercial y exigieron un vuelo especial. Alegaron que la presencia de varios periodistas en el avión comercial afectaría a la seguridad de la detenida, que era esperada en el aeropuerto de México por varias decenas de fans. La cantante, con su hijo Ángel Gabriel, de diez meses, en los brazos, posó para cientos de fotógrafos y hasta solicitó la presencia de un sacerdote, con el que se confesó durante 15 minutos en la sala del aeropuerto paulista. El niño Ángel Gabriel fue concebido en una cárcel brasileña y la cantante acusó de violación a un comisario de policía de ese país. Sin embargo, las pruebas de paternidad realizadas han demostrado que el niño es hijo de Sergio Andrade, el representante y compañero de la cantante, que también está detenido en Brasil, así como su corista María Raquel Portillo, conocida como Mary Boquitas. Los tres están acusados de corrupción de menores. Gloria Trevi decidió hace unas semanas aceptar su extradición de Brasil a México, después de haber obstaculizado durante años ese proceso con diversos mecanismos legales puestos en marcha por sus abogados. A la hora del cierre de esta edición la cantante seguía en el aeropuerto de São Paulo a la espera de la decisión de las autoridades brasileñas, que podrían devolverla a una cárcel, o a que se fletase un avión especial en el que sólo viajaran como pasajeros la cantante, su bebé y los cuatro policías mexicanos (dos hombres y dos mujeres) encargados de su custodia.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de diciembre de 2002