El Parque de las Ciencias de Granada fue ayer el escenario donde 120 agentes de medio ambiente de Granada recibieron el séptimo Premio Andalucía de Medio Ambiente. El bullicio era normal. Es poco frecuente que tantas personas compartan un mismo premio: 800 agentes en toda Andalucía. De ahí la necesidad de que los actos de entrega se vayan haciendo de forma escalonada por todas las capitales andaluzas.
El delegado de Gobiernación de la Junta, Mariano Gutiérrez Terrón, resaltó durante el acto el carácter del trabajo de los agentes: estar en la primera línea de batalla contra todo lo que pueda poner en peligro el entorno natural.
Curiosamente, el colectivo de los agentes medioambientales fue el precursor en Andalucía del movimiento conservacionista de la naturaleza. Este año se han cumplido exactamente 125 años de la creación de la Guardería Forestal de Andalucía, de ahí que la Junta haya decidido premiar la labor de un colectivo cuyo trabajo suele ser callado, anónimo y muy discreto: la sociedad sólo percibe un cambio en el entorno natural cuando éste se pierde por un desastre como un incendio. Sin embargo, el trabajo diario de prevención, de actuación desde un primer momento para que una negligencia no tenga consecuencias terribles, no suele llamar la atención.
"Siempre somos muy conscientes del valor de nuestro trabajo informando a la sociedad y concienciándola sobre el valor del entorno medio ambiental", explica Miguel Ángel Mesa. "Ahora, con este premio, tenemos que seguir luchando con más fuerza. No podemos echarnos a dormir". Los agentes medio ambientales tampoco quieren que su labor se perciba como en contra de los demás cuando deben poner una sanción por una negligencia. "Cuando nosotros denunciamos", explica el coordinador provincial de los agentes medioambientales de Granada, "es porque se ha cometido un acto en contra de la naturaleza, en contra del medio ambiente, en contra de algo importante".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de diciembre de 2002