Condiciones económicas dignas para los 221 empleados afectados por el cierre de la fábrica de Hilados y Tejidos Puigneró en Prats de Lluçanès (Osona), mayor implicación de la Generalitat en la viabilidad de la empresa y en la reindustrialización de la comarca y cobrar los salarios atrasados. Con estas reivindicaciones, unas 300 personas se manifestaron ayer en Vic en solidaridad con los trabajadores perjudicados.
Los concentrados cortaron el tráfico durante media hora en la confluencia del Eix Transversal y la C-17, a su paso por la comarca de Osona en la primera de las movilizaciones previstas tras el anuncio de cierre. Los sindicatos no descartan nuevas protestas durante el proceso de negociación, que se iniciará el 3 de enero y que prevén "largo y duro". Este será el tercer expediente de extinción de empleo que negocian con la empresa desde noviembre de 2000, cuando Puigneró presentó suspensión de pagos.
El presidente del comité de empresa de Sant Bartomeu del Grau, Primitivo Cerezo, reprocha a las administraciones que todas hablen de la gravedad de la situación, pero no de propuestas de solución. Les reclama "hechos tangibles" y asegura: "Los trabajadores, los sindicatos y la actual dirección de la empresa somos los únicos que creemos en la viabilidad de Puigneró". Cerezo reclama la implicación de la Generalitat en un plan de viabilidad que ella misma aprobó y apuntó a una posible aportación económica pública como "única colaboración posible para sacar adelante el problema".
El futuro del Lluçanès es otra cuestión que preocupa a los sindicatos. Éstos destacan que se trata de una zona con un importante déficit de infraestructuras y servicios, y que si la Generalitat no ofrece compensaciones a posibles inversores, la zona no se reindustrializará.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de diciembre de 2002