El presidente estadounidense George W. Bush se vacunó ayer contra la viruela, sin que sufriese ningún efecto secundario, informó la Casa Blanca, que decidió recientemente obligar a las personas más expuestas a un posible ataque biológico a que se vacunasen. La vacuna fue inoculada por un empleado de un centro médico militar.
Cuando el presidente dio la orden de vacunar a las personas que pudiesen llegar a estar expuestas al virus, aseguró que el riesgo de un ataque no era tan alto como para obligar a vacunarse a los 280 millones de estadounidenses. La decisión presidencial provocó las protestas de algunos expertos sanitarios, a causa de los riesgos que puede provocar la vacuna contra la viruela, una enfermedad erradicada en 1980.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de diciembre de 2002