El tió y Papá Noël están a la vuelta de la esquina. Y con ellos llega el frenesí de las compras navideñas de última hora. Durante todo este fin de semana, y sobre todo el sábado, las cajas registradoras de la mayoría de comercios de las grandes ciudades han echado humo. Sólo por los ocho centros de los grandes almacenes El Corte Inglés, entre el sábado y el domingo han pasado 300.000 personas, según afirmó ayer su responsable de relaciones externas, Jordi Pintó.
Moda para regalar, complementos, música, libros, perfumería, alimentación, juguetes, zapatería, artículos deportivos, imagen y sonido y material informático han sido, por este orden, los artículos más vendidos. El balance, en palabras de Pintó, es: "Muy positivo". Todavía quedan hoy y mañana. Y luego Reyes. Son compras que se concentran en las fechas que suponen el 70% del consumo de todo el año. Los catalanes gastarán estas navidades una media de 605 euros por persona, según un estudio de la Generalitat.
Ayer, último domingo de tiendas abiertas antes de Nochebuena, el centro de Barcelona era un hervidero de gente cargando con bolsas de todos los tamaños y tipo de artículos. Algunos comerciantes se quejaban de que cuando abren en domingo el público mira más que compra, pero en otros establecimientos las cajas no daban abasto y se gastaban metros y más metros de papel y cinta adhesiva para envolver los regalos.
También hubo quejas entre los clientes. ¿La razón? "Con el euro es todo más caro. Si un disco compacto el año pasado costaba 2.000 pesetas y pico, este año cuesta 18 euros", lamentaba Eduard. "Sin embargo, compramos igual porque las cifras son más reducidas y parece que gastes menos", admitía el mismo comprador.
Hay quien se toma las compras con ideas y alegría, y otros como una desagradable obligación. Los hay que han optado por el término medio: hartos de no acertar con los regalos, se inclinan por los vales. Así elige el destinatario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de diciembre de 2002