Los sindicatos rechazan cualquier interpretación optimista de las últimas cifras ofrecidas por el Gobierno sobre la Inspección de Trabajo que ha permitido aflorar 7.615 empleos sumergidos en los diez primeros meses. "Los datos oficiales están muy alejados de los reales", afirmó Pascual Pascual, de CC OO en las comarcas del Baix Vinalopó y de la Vega Baja, quien considera "escasos" los medios de la Inspección.
Según los datos del Ministerio de Trabajo, que publicó ayer este periódico, Valencia acaparó durante los diez primeros meses el mayor número de trabajadores irregulares con 3.515; seguida de Alicante, con 2.217, y Castellón, con 528.
Pascual Pascual criticó a la Administración por "consentir" que sectores como la confección, el calzado y el juguete, en la provincia de Alicante, presenten mayores índices de empleo sumergido. "Los sectores manufactureros acumulan el mayor volumen de empleos irregulares que afectan, especialmente, a las mujeres", agregó. Para el sindicalista, la actuación de la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social está muy lejos de combatir el empleo sumergido. En los últimos años, la industria, el sector que tradicionalmente se ha nutrido de mano sumergida ha dejado paso a otros como la hostelería, la construcción y la agricultura. Según estos datos, sólo en los siete primeros meses de 2001, el número de empleos aflorados alcanzó los 8.154 empleos frente a los 7.625 detectado durante los primeros diez meses de este año. En 2001, 11.020 empleos sumergidos fueron detectados, de los que 9.721 corresponden a trabajadores que no estaban dados de alta en la Seguridad Social, 392 que compatibilizaban indebidamente el trabajo con percepción de una prestación y 907 a ciudadanos extranjeros sin permiso de trabajo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de diciembre de 2002