Se cumple un año del impago declarado en Argentina, así como del corralito y las consecuentes manifestaciones populares.
Algunos han atribuido esta crisis a la "idiosincrasia argentina", afirmando que es un país pesimista por lo que se ha convertido en "inviable"" (The Washington Post), una "república bananera" (The Wall Street Journal) que "merece sufrir" (funcionarios del FMI). No merecen ni respuesta tales argumentos que rayan el fascismo.
Se ha hablado de corrupción política, pero China, Malaisia o Corea del Sur están a la par y experimentan un gran crecimiento (el capitalismo busca la ganancia, no la ética).
También de la paridad dólar-peso, pero esto por sí mismo no explica la crisis. Se aduce insuficiente "flexibilidad laboral", y se han alcanzado jornadas de 55 horas semanales, mientras un 30% de la población está subempleada o en paro.
Los que han ordeñado la vaca argentina hasta la extenuación deben ser denunciados, y, cumpliéndose el primer aniversario del corralito, se espera una alta movilización internacional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de diciembre de 2002