Soy propietario de una vivienda en el conjunto de edificios Euro XXI, ése que limita con la SE-30, ganador del premio Europan y que la Junta de Andalucía vendió a bombo y platillo para lavar la cara de EPSA, la cual ya coleaba con muchos errores, pero por lo visto la jugada no pudo salir peor.
La desesperación hace que me dirija a su periódico pues desde la entrega del mismo carecemos de ascensor, el edificio por su diseño específico está abierto al exterior y cuando llueve se inunda, los bomberos mediante informe los cerraron por riesgo de electrocución. Vivimos en una sexta planta, gracias a Dios somos jóvenes, no puedo decir lo mismo de otros vecinos incluidos minusválidos.
Somos familias trabajadoras, que confiando en EPSA y en el plan de subvenciones de la Junta, pudimos acceder a una primera vivienda, no sabíamos que éramos conejillos de indias en manos de los que venden imagen y luego no aceptan responsabilidades.
No nos gustaría ser noticia de un día para luego caer en el olvido, queremos soluciones pero aquí nadie responde se pasan el problema unos a otros, "ellos" continúan vendiendo el producto como diseño y modernidad al alcance de la clase trabajadora, ésa que no dudan en engañar cada vez que tienen oportunidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de diciembre de 2002