La columna de Luis Daniel Izpizua sobre la manifestación de Bilbao del día 22 contiene afirmaciones difíciles de pasar por alto. Dice, por ejemplo, que ¡Basta Ya! es poco más que un grupo de parias (sic) abandonados en su propia soledad, caracterizados por dar bandazos políticos. Y lo dice a los dos meses de una manifestación nuestra, la del 19 de octubre en San Sebastián, que seguramente fue más concurrida que la de Ibarretxe, y desde luego mucho más arriesgada.
Respecto a nuestros bandazos políticos, tiene su gracia, porque la acusación habitual contra nosotros es que somos inamovibles e inmovilistas. En fin, cosas veredes... Lo más penoso es observar la caída del columnista en el vicio por excelencia del intelectual vasco que se imagina -él sabrá por qué- por encima del bien y del mal: dar consejos sobre cosas de las que no tiene ni idea práctica ni teórica, porque nunca ha participado en ellas. Consejos semejantes a los que dan sobre sexualidad y erotismo, tanto a solteros como casados, esos moralistas clericales que se consideran autoridades sobre asuntos de los que sólo saben de oídas o que practican vergonzosamente y a escondidas. Una pena.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de diciembre de 2002