La princesa noruega Marta Luisa parece predestinada a estar casi siempre en el centro del interés periodístico. El más reciente episodio sucedió la pasada Navidad, con ocasión de la tradicional visita de la familia real a la iglesia para asistir a misa. Y tuvo que ver con las botas de llevaba la princesa, de un cuero que simulaba la piel de un leopardo o de un reptil, con tacos altos y una moña rosada en el pie, que atrajeron como un imán las miradas de los feligreses y especialmente de los periodistas. "Dios mío, miren esas botas, cómo puede una princesa ponérselas, y menos para asistir a una misa", fue el comentario de Annelise Vonderfehr, del diario Verdens Gang. La reina Sonia y la princesa Mette-Marit no tuvieron, en cambio, ninguna objeción a su vestimenta. Marta Luisa, que no suele inmutarse cada vez que su comportamiento ha sido objeto de críticas, no se dio por enterada, sonrió a los periodistas, y dijo encontrarse "requetebien".-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de diciembre de 2002