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CARTAS AL DIRECTOR

La enseñanza de las ciencias

Resulta gratificante y desalentadora a la vez la lectura del artículo de Juan Luis Arsuaga sobre la alfabetización científica.

Gratificante, porque es de los pocos artículos que se publican de científicos de prestigio que ponen el dedo en la llaga sobre la calamitosa situación de la enseñanza de las ciencias en educación secundaria.

Desalentadora la situación actual y la que se avecina. Como ejemplo, la inclusión del dibujo como alternativa a la biología excluye gran cantidad de conocimientos vitales para los alumnos del bachillerato científico. ¡Qué aberración!

El curso próximo se incluirá una materia más de humanidades en segundo de bachillerato de ciencias, a costa de mermar en cuatro horas el horario dedicado a las áreas científicas.

La enseñanza de la física, materia troncal de todos los estudios de ciencias, tiene en primero de bachillerato dos horas, las mismas que se dedican a religión o la mitad que se dedican a materias optativas. Si Galileo levantara la cabeza...

En primero de bachillerato de ciencias, un alumno dedica solamente 12 horas a enseñanzas de tipo científico, por 18 horas de otras materias.

Esta situación está provocando que el número de estudiantes que eligen la opción científica en el bachillerato decrezca año tras año y que se incremente el fracaso de los primeros cursos de las carreras científicas en la Universidad. Y todo ocurre sin que se oigan voces suficientes y autorizadas desde esta institución que intenten remediarlo.

Es cierto que ello está causando problemas a los docentes de estas áreas, pero ésa no es la cuestión importante, sino cómo avanzará este país sin una generación de científicos bien formada.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 31 de diciembre de 2002