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Un carguero con 70.000 toneladas de gasóleo choca con el casco hundido del 'Tricolor'

Tercer percance marítimo en dos semanas en aguas del canal de la Mancha

El canal de la Mancha vivió ayer su tercer accidente marítimo en poco más de dos semanas. El carguero turco Vicky, con 70.000 toneladas de gasóleo altamente inflamable a bordo, chocó ayer tarde con el casco del Tricolor, un carguero que permanece hundido en las aguas muy poco profundas del canal desde que el pasado 14 de diciembre fuera embestido por otro carguero, el Kariba. Dos días después, otro carguero, el Nicola, fue el primer buque en colisionar durante la noche con los restos -teóricamente balizados- del Tricolor.

Las tareas de rescate del Vicky las llevaban a cabo las autoridades francesas, país en cuyas aguas territoriales se produjo la colisión, a las 20.20 de la noche hora francesa y española. Las consecuencias ecológicas del percance eran anoche difíciles de evaluar, aunque no parecían ir hacia la tragedia vivida en España con el hundimiento del Prestige. El carguero transportaba 70.000 toneladas de gasóleo, una sustancia muy distinta de las 70.000 toneladas de crudo que viajaban en el Prestige cuando chocó con un contenedor frente a las costas de Galicia y acabó provocando una serie de mareas negras todavía no controladas.

También parecen diferentes los daños sufridos anoche por el carguero turco, un buque de 243 metros de eslora y 43.000 toneladas, construido en 1981 y que había zarpado de Amberes con destino a Nueva York. Las autoridades portuarias británicas, que no llegaron a intervenir en las tareas de rescate, hablaban anoche de un "fuerte olor a gasóleo", pero no pudieron confirmar si había habido o no algún escape de combustible.

Tres remolcadores y un buque de la Armada francesa intervenían anoche en la zona. Los 24 tripulantes del buque turco se encontraban en buenas condiciones y no habían sufrido heridas. Anoche el carguero fue liberado del casco del Tricolor y se dirigió por sus propios medios a un lugar seguro, a una milla más o menos del lugar del accidente, para proceder a su amarre y posterior inspección. Fuentes de los guardacostas ingleses señalaron que, a falta de la inspección, el casco del Vicky no había sufrido daños de importancia.

Los técnicos deben decidir ahora si el buque está en condiciones de proseguir viaje hacia su destino final en Nueva York.

"Aunque ha habido informaciones de un fuerte olor a gasoil, la posibilidad de que haya una brecha en estos momentos aún no ha sido confirmada", insistió una portavoz de los guardacostas británicos, quien minimizó el riesgo de catástrofe ecológica ya que el fuel que transporta el carguero turco es "muy ligero y manejable"..

Las circunstancias del accidente no están claras. Según las autoridades francesas, el Tricolor, que yace hundido en las aguas del canal de la Mancha en una zona de apenas 30 metros de profundidad, estaba debidamente señalizado por cinco balizas. El casco, perfectamente visible cuando la marea está baja, queda sumergido apenas unos metros durante la marea alta. Ayer, en el momento del accidente había otros tres buques en la zona y el capitán del Vicky en ningún momento pidió ayuda hasta que se produjo el accidente, según las autoridades marítimas francesas. "El buque pudo desencajarse solo, sin la ayuda de los remolcadores" que acudieron a la zona del accidente, según el Centro Regional Operativo de Vigilancia y Rescate del Canal de La Mancha (Crossma).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de enero de 2003