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OPINIÓN DEL LECTOR

Monumento que se cae

Soy una madre preocupada por la educación de mis hijos y cuál es mi sorpresa cuando veo que el colegio donde cursa mi hija, CP Ortiz de Zúñiga (antiguo Matadero Municipal), parece que va a ser incluido por el PGOU de Sevilla en el nuevo Catálogo Periférico. Me pregunto por qué si es un Bien de Interés Cultural se está cayendo a pedazos, hay aulas clausuradas por problemas de derrumbe, salón de actos inutilizable por problemas de hundimiento, corrimiento de cimentación, caída de tejas, rotura de cristales y un sinfín de calamidades que diariamente sufren unos 500 alumnos de un colegio público que comparte instalaciones con un conservatorio de música, situado en un edificio neomudéjar, construido en 1916. Sus muros de ladrillos vistos con azulejos y teja plana es típica de la arquitectura regionalista sevillana.

Mi pregunta es: ¿a quién corresponde la inversión para el arreglo de la cimentación?, ¿al Ayuntamiento? O sólo se encarga de la conservación del edificio, en este caso quizás haya habido una mala conservación. ¿A la Junta de Andalucía? Pero... ¿A qué Consejería?, ¿a Cultura?, ya que es un Bien de Interés Cultural, con una arquitectura típica. ¿Será a la Consejería de Educación? Es un colegio que ni siquiera puede tener material audiovisual como un simple radiocasete porque las aulas quedan abiertas para el conservatorio y no hay vigilancia. O se me ocurre que pueda ser a la Consejería de Asuntos Sociales, que tanto ayuda a la familia. ¿O es por último la Consejería de Salud? Por las cagadas de las palomas con las que conviven o por las tejas que se caen, o incluso por la humedad que resuma de las paredes sin una caldera centralizada, teniendo que combatir el frío con calentadores eléctricos con el peligro que ello conlleva. ¿Habrá que esperar a una tragedia como la de Italia con la muerte de niños para el arreglo? Espero y confío que no, porque la muerte de un niño por dejadez de las diferentes administraciones sería un delito con responsabilidad penal y moral y es por todo esto por lo que espero que se ocupen de ello de una vez por todas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de enero de 2003