Un total de 54 millones de personas sumidas en la pobreza, una deuda pública rozando el escándalo y una reforma agraria vital son sólo parte de los múltiples retos de un izquierdista que, como su propio país, deberá andar con sumo cuidado si no quiere acabar hundiéndose.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de enero de 2003