Visto desde la distancia quizá se presuponga que los Racing-Athletic deben ser, por cercanía y tradición, un clásico norteño. Nada más erróneo. Choques como el de anoche hace años que dejaron de conducir a tal cogitación. Tradicionalmente, eso sí, se da la paradoja de que el Racing es recibido y reconocido con aplausos en San Mamés y el Athletic acogido con silbidos en El Sardinero. Esta vez no fue la excepción. La metereología era en verdad norteña, con frío y aguaceros intensos. Además, el ambiente decayó porque los precios de las localidades siguen estando por encima de los nubarrones que cubrían Santander: 85 euros la localidad más cara y 35 la más barata. En consecuencia apenas medio millar de seguidores vascos y eso que Euskadi está a tres cuartos de hora.
En lo deportivo, el Racing volvió a noche a contar con el empuje de sus casi 16.000 abonados, récord en una región que apenas rebasa el medio millón de habitantes. Algunos de sus jugadores ya empiezan a cotizarse como valores en alza que solventen la grave crisis económica. Y es que el Racing, el club menos endeudado de Primera, según asegura y demuestra su máximo accionista, Santiago Díaz, está en fase de disolución de la sociedad anónima deportiva. El 26 de noviembre la junta general de accionistas optó por posponer el inicio de la disolución hasta el próximo día 16. Ya está convocada la junta extraordinaria y todo parece indicar que no se consumará. Bien porque se solucione la quiebra técnica con avales de los accionistas o porque nuevos inversores compren el club. Ofertas no faltan. El empresario de origen ucranio y nacionalidad estadounidense Dimitri Piterman, de 39 años, propietario y entrenador del Palamós, de Segunda División B, es uno de los principales candidatos a convertirse en accionista de referencia. En su juventud, Piterman fue un destacado saltador de longitud y triple salto.
De momento, Gobierno y Ayuntamiento ayudan con seis millones de euros para cuatro años. Lo mismo que la Diputación Foral de Vizcaya acaba de conceder a su rival de anoche, el Athletic, en un duelo norteño que nunca existió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de enero de 2003