Israel optó ayer por imponer una serie de sanciones a los palestinos en vez de ordenar una operación militar inmediata en represalia por el doble atentado suicida del domingo en Tel Aviv. Las medidas adoptadas suponen una nueva restricción de la libertad de movimientos de los palestinos, la cancelación del debate sobre el borrador de la nueva Constitución previsto para este jueves y que no puedan participar en la conferencia sobre la reforma institucional organizada por el Gobierno británico. Además, el Ejército llevó a cabo nuevas redadas en las áreas autónomas palestinas y detuvo a cinco presuntos extremistas.
El Gabinete de seguridad israelí, reunido a última hora del domingo, decidió aplicar una serie de medidas punitivas de carácter político en reacción al atentado suicida de Tel Aviv, que causó la muerte a 22 personas y dejó heridas a más de un centenar. En esta ocasión, optó por contemporizar en el ámbito militar, a la espera de la evolución de los acontecimientos en Irak. Una operación de represalia similar a la efectuada en otras ocasiones podría quebrar el frágil apoyo de algunos países árabes a la eventual ofensiva anglonorteamericana.
Aún así, más con criterios mediáticos que estratégicos, el Gabinete dio orden a la Fuerza Aérea para que lanzara una pequeña operación de castigo en la ciudad de Gaza durante la noche del domingo al lunes. En el transcurso de la misma, helicópteros de combate Apache dispararon una docena de misiles contra dos fábricas, que según el portavoz militar israelí servían para la producción clandestina de proyectiles de mortero. Al menos cinco personas resultaron heridas como consecuencia de las explosiones, aseguraron fuentes sanitarias palestinas. [De madrugada, un palestino resultó muerto y otro herido por disparos de soldados israelíes en la franja de Gaza, informa France Presse.]
A modo de castigo contra la Autoridad Nacional Palestina (ANP), a la que el Gabinete de seguridad responsabilizó una vez más de la perpetuación del terrorismo, los ministros y altos cargos de la Administración palestina volvieron a perder sus privilegios de libertad de movimientos entre las ciudades autónomas. Asimismo, el ministro de Defensa, Saúl Mofaz, ordenó al Ejército que endurezca los controles de acceso a las ciudades y en las carreteras que conectan a éstas entre sí, lo que afectará al conjunto de la población.
La aplicación de esta medida conlleva la cancelación de la reunión del Comité Central de la OLP, que había de celebrarse este próximo jueves en Ramala para discutir el borrador del texto constitucional impulsado desde el Cuarteto (grupo de apoyo formado por sendos representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas), lo que provocó las quejas de los palestinos. El jefe del equipo de negociaciones, Saeb Erekat, protestó contra lo que calificó como "una maniobra israelí más para torpedear el proceso de reformas".
Netanyahu discute con Straw
Otra de las medidas acordadas por el Gabinete de seguridad consiste en impedir el desplazamiento de una delegación oficial de la ANP a la Conferencia de Londres, programada para el día 14 de este mes, con el objetivo principal de promover su reforma institucional. Organizada por el Gobierno británico y auspiciada por el Cuarteto, esta conferencia debería, entre otras cosas, fomentar la creación de la figura del primer ministro, que, de acuerdo a la Constitución en ciernes, asumiría todo el poder ejecutivo. E, indirectamente, posibilitaría una retirada honrosa para Yasir Arafat, que pasaría a convertirse en presidente honorífico.
Los ministros de Asuntos Exteriores israelí y británico mantuvieron una encendida discusión telefónica al respecto, muestra de la creciente divergencia entre la diplomacia israelí y la europea. Mientras que Benjamín Netanyahu insistió en que "legitimar las reformas cosméticas del régimen de Arafat nos llevaría a legitimar a unos líderes palestinos comprometidos por el terrorismo" y adelantó que impedirá el desplazamiento de la delegación. Ante estos argumentos, el secretario del Foreign Office, Jack Straw, adujo que al impedir la participación palestina en la conferencia Israel obstaculiza de hecho a las fuerzas de cambio que existen dentro del sistema.
Por otro lado, el Ejército israelí llevó a cabo varias redadas en las ciudades cisjordanas y practicó cuatro detenciones de presuntos extremistas buscados por las fuerzas de seguridad. Dos militantes de la Yihad Islámica fueron detenidos en la localidad de Jaljul, próxima a Hebrón, y un tercero dentro de un centro comercial de Ramala. El cuarto activista, afiliado al Tanzim, las juventudes paramilitares del movimiento Al Fatah, fue detenido en la ciudad de Nablús.
El jefe del departamento de investigación del servicio de espionaje del Ejército, Yosi Kuperwasser, aseguró que según sus informaciones el doble atentado de Tel Aviv fue perpetrado precisamente por una célula del Tanzim con base en Nablús, cuando ayer compareció ante la comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento israelí. Tres grupos distintos (Yihad Islámica, Hamás y la Brigada de los Mártires de Al Aqsa) se responsabilizaron de la acción terrorista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de enero de 2003